Consejos para dejar tu perro en una residencia

Un consejo general:

Si realmente lo quieres, haz lo que sea mejor para él en vez de lo que deseas hacer.

En los días previos:

-la mayoría de las residencias utilizan pienso, no le des otro tipo de comida (comida de casa, comida húmeda…) en las semanas previas, así no habrá problema cuando tenga que comer comida de “astronautas” sobre todo si está acostumbrado a comer “tus judías con chorizo”.
-igualmente lo habitual es poner comidas y tras un tiempo prudente retirar la comida, (así se evitan hormigas, roedores, pájaros…) por lo que, si le acostumbras a comer en su momento y no dejas la comida disponible, otro punto que habrás ganado
-acostumbra a tu perro a dejarse mirar con facilidad cualquier zona de su cuerpo por extraños, a veces la complejidad para explorar un animal es tal que no es posible, evita esta situación y tu animal tendrá una mejor atención.
-acostúmbrale si puedes a los horarios de comidas y salidas que tendrá en la residencia, incluso si es posible, a su alimentación.
-evita un contacto intenso en los días anteriores a su entrada, cuanto menos contraste haya, mejor.
-pese a lo que pensemos, las estancias cortas con las más problemáticas pues el perro regresa a su casa sin haber terminado su periodo de adaptación, intenta que sus primeras veces sean estancias superiores a 7-10 días.
-Cuando lo vayas a dejar o lo retiren de tu casa, no hagas ningún ritual, hazlo con naturalidad si quieres que sea con naturalidad como reaccione tu perro, que creemos es lo mejor.
-Es preferible que el perro no entre directamente a su chenil, es mejor dejarlo en un box o trasportín hasta que se le pase el estrés inicial, además y por contraste a la situación inmediatamente anterior, su habitáculo le parecerá enorme.
-Si tu perro tiene problemas de ansiedad por separación, hiperapego o hiperdependencia solicita la ayuda de un conductista que solucione su problema antes de ir a la residencia, es más, incluso su estancia puede incluirse dentro de la terapia de conducta.
-Asegúrate de que informas adecuadamente a los cuidadores de sus tipicidades o rarezas como alergias, epilepsias, si se lleva mal con varones… o problemas típicos o que deban prestar atención.
-Lo mismo si tu perro requiere medicación, curas, o atenciones especiales.
-Intenta que tu perro sea fácilmente manejable, la atención del cuidador siempre será menos impositiva y más placentera si el perro es cómodo y respetuoso que si el perro es impertinente y maleducado: araña, empuja, golpea, tira la comida…
-Deja varias opciones de contacto, no sólo tu móvil no siempre lo tendrás disponible, así como de conocidos próximos al centro y también el del centro veterinario habitual de tu mascota.
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Infórmate bien de los servicios y posibilidades que te ofrece el centro que puedan mejorar o dificultar la calidad de estancia de tu mascota.
-Si puedes realiza la reserva el sitio con suficiente antelación.

Durante la estancia:

-Deja un elemento de transición a los cuidadores, su toalla, colchoneta... pero no lleves todo el repertorio, con uno es suficiente, el efecto puede ser inverso
-Llama a sus cuidadores y da la importancia real a los sucesos, por ejemplo, que no coma regularmente en los primeros días es perfectamente normal.
-Si te dan la opción, realiza una videollamada, te quedarás más tranquilo, son muchas las ocasiones que hay un propietario preocupado a un lado del móvil y al otro, un perro tomando el sol.
-El trabajo de una residencia de mascotas es duro y requiere de mucha paciencia, tanto con los animales como con los propietarios, respeta los horarios de trabajo exclusivo con los animales así como los horarios de descanso, implicará una mejor atención para ti y tu mascota.
-Si tu mascota es geriátrica y la falta de movimiento puede ocasionar un problema, solicita el servicio de paseos para que no pierda su movilidad en una larga estancia o si su estado es muy degenerado.
-Con el fin de que “la vuelta a casa” sea más tranquila se aconseja que el “obligado baño” que toca tras la residencia se haga en el centro, antes de su salida si la residencia dispone de este servicio.

Tras la estancia:

-Piensa que la vuelta a casa es un hecho casi tan o más estresante que el hecho de dejarlo en residencia, evita que parezca el día de tu boda, y hazlo con tranquilidad y naturalidad.
-Pide consejo al personal (cuidadores…) que te vaya a hacer la entrega.
-La primera toma de contacto con la mascota tiene que ser con tranquilidad y naturalidad, como si tan sólo hubiéramos tardado 5 minutos en volver, si ritualizamos un estado de hiperexcitación a la vuelta del propietario estaremos dificultando una correcta adaptación en posteriores ocasiones, un trabajo correcto durante semanas por parte de la residencia puede echarse a tierra por una incorrecta primera toma de contacto.
-No es lo correcto que lo recoja la familia al completo, sobreexcitará al perro.
-Si puedes, incluso esta toma de contacto es preferible que sea en el entorno del animal, por lo que si tienes la posibilidad, solicita la entrega de tu mascota en tu domicilio.
-Llévate comida como la de la residencia, aunque sea un saco pequeño, evita que el cambio de alimentación que se realiza la llegada a casa le origine un problema, sobre todo si utilizas piensos económicos o tu perro es muy sensible a estos cambios.
-Informa de las complicaciones posteriores a la estancia a sus cuidadores, es la única forma de que si se puede mejorar algo en su próxima estancia, se haga.

Esperamos que estos consejos os sirvan de ayuda

 

David Borjabad
Director Técnico
Centro Canino Rukuba