Llegada del cachorro a casa

Lo que para nosotros va a ser la llegada del cachorro a casa lo sabemos perfectamente, quizás uno de los momentos más deseados de nuestra vida, pero en muchas ocasiones tanta ilusión tapona nuestro sentido común haciendo que no entendamos correctamente lo que esa llegada implica para el cachorro y por ello, su periodo de adaptación e incluso sus primeras experiencias en su nuevo entorno no sean las deseables.
Tenemos que tener ante todo paciencia y comprensión, comprensión para entender el gran número de cambios que en cuestión de horas va a tener el nuevo miembro de la familia.
El cachorro en cuestión de horas va a someterse a un periodo de pérdidas, va a perder a sus hermanos, padres, compañeros, sus cuidadores, su entorno los olores y ruidos que había conocido, sus juegos típicos, sus comederos, su cama… todas aquellas referencias que le habían forjado una identidad, lo que ante su ausencia le va a generar cierta desorientación.
A su vez se va a someter a una cierta serie de nuevas situaciones, ir a la clínica a hacer una revisión veterinaria, va a viajar en coche, a estar mucho tiempo en brazos, va a entrar en una serie de lugares que no había estado antes (jardín, habitaciones, garaje…) va a tratar con gente desconocida, a dormir en un sitio desconocido, a oler “raro” a no encontrarse cómodo jugando, incluso a compartir proximidad con otros animales, en definitiva, un fuerte cambio.
La calidad y tipo de crianza hacen que un cachorro bien socializado y seguro de si mismo tolere mejor este cambio, pero aún así debemos ponérselo lo más fácil posible para obtener un resultado exitoso.
Quizás todo lo pudiéramos resumir en un simple “dejarle”, dejarle que vaya, que venga, que inspeccione las habitaciones, su entorno, su sitio… porque tenemos la insana costumbre de que el cachorro sea nada más llegar el centro de atención, lo cual no es positivo, porque dificulta su adaptación y se condiciona a ser el centro de atención en ese entorno y estaremos fijando un problema muy habitual.
Nada mejor que ponernos en su lugar, imaginaros a Sansón el cachorro de Chihuhua que acaba de adquirir la familia Martinez, tras un viaje de en transportin viajando por mensajería, cambiando de furgoneta varias veces, junto a otros animales cerca suyo, alguna voltereta en los frenazos, breve llegada a casa, visita al veterinario, etc.  cuando llega a casa tiene a “Jorgito” deseando cogerle para no soltarlo nunca más enseñándole su cuarto, sus juguetes uno a uno, a todos los vecinos de la comunidad…¡pobrecito!
Por eso, lo mejor que podemos hacer es dejarle, darle su tiempo necesario, respetando su espacio vital, que sea el quien decida cuando y como quiere ir, venir, aproximarse, jugar, comer…
Durante los primeros días es importante que la comida esté siempre disponible, esa nueva vida, nuevos horarios, la desorientación, etc. le generará algo de estrés lo que puede hacer que se le cierre el apetito o que coma con ansiedad, si le pusiéramos solamente 3 tomas, la ansiedad se vería incrementada o el desinterés por la comida al estar distraído durante el tiempo que la tenga disponible.
Respecto a la alimentación, debiera continuarse con la que estuviera recibiendo en el criadero, que si este es bueno, utilizará alimento de primera calidad.
Respecto al agua, es posible que si viene de una comunidad diferente el cambio le pudiera afectar, si lo queremos prevenir, en principio dadsela mineral y de forma gradual irla mezclando con la del grifo hasta que finalmente la beba del grifo al completo.
En los primeros días y hasta que no haya una adaptación perfecta al entorno (como suelo decir cuando esa casa, sea SU casa) y haya una relación de confianza con los propietarios no debieran venir las primeras correcciones, la corrección nunca debiera sobrepasar el grado de confianza pues si todavía no tiene la suficiente confianza y empezáis como soléis hacer a gritos NOOOO!!! tipo torneo de tenis, o le asustáis con esos periodicazos o le dais unos azotes cuando aún no está muy lo suficientemente confiado estaréis comenzando mal la relación, por cierto, esas formas de corrección son incorrectas.
Surgirá la pregunta ¿y que hacemos? La respuesta es sencilla, evitar conflictos, con un parque de cachorros cubierto el suelo de periódicos, evitaremos tener que regañarle por todo lo indeseable que un cachorro puede hacer y además reforzaremos nuestro papel positivo, pues nos necesita para salir, estará deseoso de mantener contacto con nosotros…
Una correcta adaptación del cachorro a su nuevo entorno y grupo familiar es fundamental para prevenir problemas de comportamiento e incluso salud pues el estrés originado puede ocasionar bajadas de glucosa en las razas pequeñas, pudiendo tener un fatal desenlace.
Esperamos que estos breves consejos os ayuden a mejorar este paso

David Borjabad
Director Técnico
Centro Canino Rukuba